Historia

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El municipio de La Romana fue fundada en 1897, cuando le fue otorgada una concesión a una firma cubana por el Congreso Nacional para establecer una refinería de petróleo. En sus orígenes, La Romana fue una ciudad decadente y sin un futuro para sus habitantes. Esto cambió a partir del año 1917 gracias a la construcción de un gran molino (de propiedad de italianos emigrados de la región de Roma, el Lacio) que permitía obtener azúcar a partir de la caña de las grandes plantaciones que aún al día de hoy rodean La Romana. No hay que olvidar que a día de hoy (2014), tras la industria del turismo, la azucarera es la que más ingresos genera para la población. La puesta en funcionamiento del molino de azúcar coincidió con el alza de los precios del azúcar en todo el mundo, lo que provocó que los empresarios azucareros necesitasen mucha mano de obra, aprovechado por muchas familias pobres dominicanas del interior que se desplazaron a La Romana en busca de una mejor vida.

A principios de 1960, Gulf and Western Industries, Inc. compró el molino de azúcar y empezó a invertir en la industria ganadera y cementera de la provincia. Paralelamente, invirtió aproximadamente 20 millones de dólares en reconstruir La Romana así como en construir colegios, clínicas, viviendas y demás infraestructura para sus trabajadores dominicanos. A mitad de la década de 1970 el conglomerado americano (Gulf and Western Industries) empezó a vender sus activos dominicanos y a la vez construyó lo que hoy es uno de los mayores exclusivos complejos turísticos de la República Dominicana, Casa de Campo.

Uno de sus habitantes, Héctor Castillo Figueroa, emigrado a España en los años 1960-1970, se convirtió en el primer edil afroamericano de España, cuando fue elegido, el 3 de abril de 1979 como alcalde de la ciudad de Isla Cristina por el partido de UCD. El hecho motivó que ambas ciudades, La Romana e Isla Cristina, se hermanaran en los años 1980.